Qué representa el envase para el
cliente
Los consumidores consideramos envase y producto como un todo integral,
no esperamos que quien fabrica un buen artículo lo oculte bajo una mala
presentación (habitualmente ocurre lo contrario). Descuidar el envase es tan
grave como descuidar el producto mismo, y ese error afecta
invariablemente las ventas.
El cliente dispone de muy poco tiempo para tomar la decisión de compra y
casi siempre debe hacerlo sin probar el producto -muchas veces ni
siquiera puede verlo porque éste permanece totalmente oculto en el
interior de su envase- de manera que los elementos de valoración reales
con que cuenta en esos pocos segundos suelen ser muy escasos o
inexistentes. Al elegir el producto debe basarse en un juicio subjetivo
donde el envase es su única referencia y simboliza mucho más que un
simple contenedor: representa el producto mismo como su parte visible.
A eso debemos sumar que los verdaderos motivos que impulsan la elección
de un producto frecuentemente son ignorados por el mismo comprador y
responden a propias motivaciones inconcientes y básicamente emocionales
como el status, pertenencia y plan de vida; por lo tanto, a la hora de
decidir, los atributos reales del producto, como sabor, calidad,
funcionalidad, etc., suele ser menos determinantes que la imagen
externa.
El envase es una poderosa arma de ventas
Conocer esta realidad del proceso de compra nos da la oportunidad de
influir efectivamente en él. Presentar el producto a través del envase,
de la manera adecuada y usando el argumento acertado que seduzca al
cliente y dispare su decisión de compra, muy probablemente significará
la diferencia entre el éxito y el fracaso.
En GOLDPACK estamos convencidos de que un diseño bien planificado y
resuelto es el arma más poderosa y económica para vender.
La capacidad que posee el packaging eficiente para persuadir al público
y promover las ventas es tan poderosa que en la actualidad todas las
empresas líderes lo emplean sistemáticamente para imponer sus artículos.
Todos conocemos productos exitosos cuya principal diferencia de
"calidad" reside exclusivamente en el envase.
Por otro lado, decíamos, un excelente diseño es sumamente económico; en
comparación, mejorar la calidad objetiva de un artículo para tratar de
diferenciarse de la competencia no siempre es valorado de inmediato por
el cliente pero implica invariablemente un aumento en los costos
unitarios, en tanto que el diseño de un pack eficiente significa una
inversión muy reducida, se lleva a cabo una sola vez y luego se
aprovecha ilimitadamente en todas las cajas o etiquetas que se impriman,
sin aumentar - y muchas veces disminuyendo- sus costos.
El vendedor silencioso
·
El público considera al envase la parte visible
del producto, no como publicidad, y confía en lo que percibe de él para
elegir o rechazar el artículo.
·
Su mensaje actúa en el momento y lugar
preciso en que se decide la compra (sueño inalcanzable de la publicidad)
·
Resulta razonablemente económico de
planificar y ejecutar
·
Es muy rápido de implementar y produce
resultados inmediatos,
·
Valoriza el producto sin aumentar sus
costos.
·
Permite transmitir con facilidad
atributos difícilmente asociables por otro medio: durabilidad,
pertenencia a un nivel socioeconómico, status, moda, etc.
·
Diferentes diseños permite multiplicar
los usos y destinos de un mismo producto (souvenir, gratificación,
consumo inmediato, presente, etc.), convirtiendo a un mismo artículo en
varios productos diferentes para ampliar su mercado.
·
Permite vehiculizar argumentos puntuales
para lanzar o relanzar productos poco exitosos: "¡... NUEVO...!", o
reposicionar a la competencia: "¡... UNICO...!)
Finalmente
Importa señalar que algunos talleres
gráficos ofrecen diseñar a bajo precio (e incluso gratis) aquellos
envases que imprimen. Naturalmente, desde su óptica, la imagen pública
del producto se reduce a la propia necesidad de contar con "originales
para imprimir", y asegurar así la venta de su propio servicio. Este
aparente obsequio - habitualmente ineficaz e intuitivo- resulta en un
efecto bumerang para el industrial, que inevitablemente perderá ventas
con un ahorro insignificante.
Existe un momento perfecto para invertir productivamente, y éste momento
es antes de imprimir los envases; esta es la oportunidad que se debe
aprovechar al cien por ciento para desarrollar para su producto la
imagen más eficaz posible. Al actuar de este modo se asegura un valioso
capital que puede multiplicar indefinidamente en sus impresos, sin
aumentar sus costos y generando una mejor captación de clientes a lo
largo de más tiempo.
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