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Cómo se crea un buen envase

Apuntes útiles para enfrentar con éxito el diseño de sus próximos envases
 

 - Comenzando bien
 - El primer problema
 - ¿Qué es un buen envase?
 - ¿Cómo se logra un buen envase?
 - ¿Cómo hacerlo de manera económica?
 - ¿Cómo se evita el trabajo innecesario?
 - El secreto
Comenzando bien
Usted necesita un buen envase y acude a profesionales

En primer lugar, si Ud. ha llegado hasta aquí es probable que uno o varios de sus productos necesiten un buen envase y reconoce la importancia del diseño para vender eficazmente. Evidentemente también ha decidido contratar los servicios de un profesional especializado y esto ya representa una buena parte de la solución del problema.
Es un buen comienzo.



El  primer problema
El diseño de un buen envase puede resultar costoso

Si ya tiene experiencia en desarrollo de diseños gráficos para sus anteriores envases sabe que la tarea no siempre culmina en un resultado satisfactorio y,  tal vez en alguno de esos casos, le costó más de lo que deseaba. No se preocupe, esto le ha ocurrido a la mayoría de los empresarios. Este documento pretende analizar ese problema y proponerle de una manera clara el camino para convertir la tarea en un proceso sencillo, seguro y económico. Tal vez cuando termine de leer esto piense que quienes lo asesoraron anteriormente debieron habérselo dicho.  Nosotros pensamos igual.
¿Qué es un buen envase?
Un buen envase: vende

Para comenzar aclaremos un punto fundamental: ¿qué es un buen envase? Para usar una definición sencilla digamos que se trata de “un envase que vende”. Obviamente también deberá cumplir con otras funciones, como proteger el producto, pero está claro que eso no forma parte de este análisis y le ayudaremos a solucionarlo en el momento oportuno; de momento centraremos nuestro objetivo en la tarea más difícil, que consiste en lograr que el diseño:
  Atraiga la atención del cliente
  Le transmita rápidamente el contenido
  Lo convenza de comprar el producto
¿Cómo se logra un buen envase?
Un envase que vende cumple con objetivos eficaces

El secreto está en cumplir acabadamente los tres objetivos enunciados: atraer al cliente, transmitirle el contenido y convencerlo de comprar. Asumimos que Ud. sabrá reconocer el diseño que así lo haga -si no está seguro de poder hacerlo, lo invitamos a leer este documento- de modo que nuestro trabajo consiste en brindarle un servicio profesional y sin límite de trabajo hasta que quede satisfecho de haber encontrado el diseño que buscaba y pueda encarar la tarea de impresión con absoluta confianza.




¿Cómo hacerlo de manera económica?
Evitando el trabajo innecesario

Los buenos profesionales del diseño son escasos, su trabajo es valioso y su tiempo también lo es. No hay secreto en este punto: para que el mejor diseño posible también  resulte económico se debe realizar en un tiempo y con un trabajo óptimo. Si fuéramos más exigentes, diríamos: se debe hacer en el menor tiempo y con el menor trabajo posible.  Existen unas pocas reglas metodológicas que pueden darle ese resultado yuniendo su buena disposición a nuestra experiencia, le garantizamos el éxito.



¿Como se evita el trabajo innecesario?
Definiendo objetivos concretos

Resulta más sencillo de lo que parece: se debe saber con exactitud lo que se busca para que el primer diseño sea  tan parecido al envase de sus sueños como resulte posible. Si acertamos con lo más difícil a la primera, los detalles restantes son fáciles de corregir. En pocas palabras: las cosas deben hacerse bien desde el principio.

Definir mal al principio obliga a repetir lo hecho

E
xisten elementos del diseño que pueden ser definidos antes de comenzar a trabajar pero a veces, por error de método, constituyen una incertidumbre hasta el final. Esto obliga  a realizar la tarea dos o más veces; la primera, mal; y las siguientes, corrigiendo las anteriores (Ud. lo pagará dos o más veces por un solo resultado,).

Definir todo lo definible
Para llegar a un método de trabajo óptimo debemos diferenciar claramente aquello que constituye objetivos de lo que es el trabajo creativo. Se deben planificar objetivos y luego diseñar tratando de cumplirlos.

Constituyen parte de los objetivos y planificación:
  Intenciones de posicionamiento,
  Argumentos de venta,
  Estrategia gráfica, etc
.
Todos ellos son elementos que definitivamente forman parte de la planificación pues condicionan el diseño buscado y de ningún modo dependen de él. Ellos constituyen los mapas y guías del diseñador, si éste los conoce bien y sabe exactamente hacia dónde apuntar -y lo hace con talento- probablemente acertará a la primera pues trabajo se deberá concentrar exclusivamente en una labor creativa útil y productiva.

Por otro lado:
  Diagramación,
  Diseño,
  Fotografía,
  Ilustración, etc.
Forman parte del trabajo creativo que se debe encarar conociendo claramente los objetivos anteriores
El cliente juzgará finalmente la estética y si el trabajo cumple o no con los objetivos acordados pero no se dispersarán recursos en propuestas innecesarias.

Veamos un ejemplo
La moderna tecnología que disponemos hoy nos permite realizar diseños tridimensionales hiperrealistas que sorprenden  pero a la vez nos exige trabajar con medidas concretas, en ese ámbito nada se hace "a ojo". Plantear los bocetos y propuestas en las medidas finales exactas desde el comienzo, evita el laborioso e innecesario paso de rehacer todo al final para llevar los originales a su tamaño de impresión definitivo. Si se puede determinar este dato desde el principio, la reducción de trabajo y tiempo se convierten en ahorro de dinero al final. No siempre es posible hacerlo pero si se omite sólo por imprevisión resulta innecesariamente caro.
Lo mismo podemos decir de cada una de los elementos que constituyen el diseño final: textos legales, logotipos, material sobre el que se realizará la impresión, etc.
En Goldpack tenemos sencillos cuestionarios que enumeran todos estos datos y pueden ser llenados por el cliente en poco tiempo. Dedicarle algunos minutos u horas para definirlos antes de comenzar será indiscutiblemente  provechoso.
 
En la práctica 
Para aplicar esta técnica de desarrollo -decíamos- hemos elaborado sencillos cuestionarios para el cliente, basados en nuestra experiencia de trabajo; cada pregunta delimita y circunscribe la labor creativo a los objetivos específicos. Cada dato que se obtiene a través de ellos implica una optimización del trabajo y, consecuentemente, de los costos. De modo que todo aquello que el cliente conoce sobre su producto, mercado y objetivos resulta en su beneficio. Por supuesto, la eficacia del método se basa en la solidez de la información. Si ésta es modificada sobre la marcha, las ventajas desaparecen inevitablemente.

Concretamente
Si se acuerdan por anticipado y no se modifican hasta el final datos como: medidas, materiales de impresión, objetivos de posicionamiento, argumentos de venta a emplear, estrategias gráficas, textos legales, elecciones personales del cliente en cuanto a colores o imágenes, etc., podemos asegurar que los costos se pueden reducir hasta un 50%; en tanto que el resultado será igual o más eficiente que uno obtenido "ametrallando" al cliente con inútiles y costosas propuestas intuitivas.
De este sencillo modo, nuestro Estudio puede garantizar un presupuesto exacto e inamovible y garantizar, al mismo tiempo, trabajar sin límites hasta satisfacer al cliente con el mejor diseño de envase, a un costo inmejorable.

Ahora ya sabe cómo obtenerlo. Si decide avanzar puede descargar el próximo documento.